Salvo minorías anti aborto fanatizada y extremista, hasta los más furibundos sacerdotes, pastores, curas y demás consejeros, confesores e instructores religiosos opositores al aborto conocen muy bien las causas por las que las mujeres desean evitar el embarazo o deciden abortar: porque carecen de los recursos para criar un hijo, o porque han sido víctimas de violencia sexual, o porque no han terminado todavía la escuela