Pese a ser RD el cuarto país con mayor confianza en la Iglesia, es también el 3er país que peor valora al papa Francisco, de acuerdo con Latinobarómetro.
En promedio, en América Latina (AL) el 68% confía en la Iglesia, mientras en RD el porcentaje asciende a 75%. Sin embargo, el puntaje promedio -en una escala de 0 a 10- que obtiene el Papa en AL es 6.8, y en RD apenas 6.0.
¿Por qué en RD el papa Francisco es tan mal valorado? Primero hay una razón de orden estadístico-demográfica (efecto de composición): RD es uno de los países con más bajo porcentaje de católicos (48% versus 60% en AL), ocupando el cuarto lugar en los que se declaran ateos, agnósticos o con ninguna afiliación religiosa.
Si bien la región el catolicismo ha tenido un importante descenso en los últimos 23 años – de 78% en 1995 a 60% en 2017 los que se declaran católicos-, la caída en RD ha sido dramática: de 64% a 48%, colocándose actualmente sólo por encima de Chile, Uruguay y los países de Centroamérica –excepto Costa Rica-, cuando hace apenas 4 años RD era el décimo país con más católicos.
Entre los católicos, el puntaje que asignan al Papa en AL es en promedio 7.7, mientras que los grupos no católicos (evangélicos y otras religiones) es de apenas 5.1 y 5.7 respectivamente, y 5.3 entre los que no pertenecen ninguna religión o son ateos o agnósticos.
Habría -hipotéticamente- otra razón que explica la baja valoración de Francisco o Mario Bergoglio: el conservadurismo dominante en la sociedad dominicana y en el catolicismo criollo, documentado en la misma encuesta Latinobarómetro.
El posicionamiento del Papa un tanto más comprensivo y abierto a la duda sobre temas duros de la ortodoxia religiosa dogmática, como son la actitud de la Iglesia frente a la homosexualidad y el divorcio, parecen haber alejado a un sector ultraconservador de la grey católica.
Pero también podría estar influyendo en la poca simpatía por el papa en RD, la designación de Francisco Osoria como Cardenal, un negro o mulato (por primera vez, desde hace más de 500 años), defensor de los pobres, y en particular de los inmigrantes haitianos.